Uno de los imaginarios de los emprendedores consiste en pensar que para llegar a ser unicornios -compañías valoradas en USD 1.000 millones o más- se tiene que arrancar con millones de dólares. Pero la realidad es que no y el piloto pequeño es clave.
Así que te voy a mostrar cómo transformar una idea en un negocio millonario y cómo hasta los unicornios hacen pilotos sin tecnología con la historia de Doordash, que fue contada por Tony Xu, uno de sus fundadores, en el podcast ‘How I built this’ de NPR.
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Doordash nace en 2012 gracias a una tarea que sus cuatro fundadores, quienes cursaban su carrera en Stanford, tenían que hacer en un curso: encontrar un desafío a resolver que afectara a la comunidad.
Se dieron cuenta que, como usualmente ha pasado, las personas llegan cansadas a su casas -o dormitorio, en el caso de los estudiantes- y con deseos de comer algo sin tener que cocinar.
El problema era que ningún restaurante en el área de Palo Alto, California (dónde residían) tenía entregas a domicilio. En aquel tiempo eso no era común y solo sucedía en ciudades como Nueva York.
¿Cómo probar una solución sin dinero?
Los cuatro estudiantes comienzan a entrevistar a distintos restaurantes y notan que los medianos y pequeños no tienen cómo hacer entregas a domicilio: la demanda es pequeña y no es predecible.
Entonces, deciden hacer un piloto de su solución y así crean Palo Alto Delivery. Pero hubo algo que hizo que no programaran nada ni pidieran permiso a los restaurantes. ¿Cómo? Muy fácil:
- Sacaron fotos de los menús de distintos restaurantes de Palo Alto.
- Subieron los menús de ocho restaurantes como PDF’s (nada de tecnología) en un sitio web.
- La gente llamaba a un número para ordenar.
- Cuando tomaban la orden, salían corriendo a comprar en el restaurante, y después iban, también corriendo, a dejar el pedido a quien lo había ordenado.
- ¿Cómo estimaban el tiempo en la orden? Pues trataban de adivinarlo.
¿Y ganaban dinero?
Si bien cobraban por la entrega a domicilio, no ganaban nada (incluso perdían dinero). Pero la razón era que primero querían probar si había mercado. Y efectivamente lo había.
Y otro aspecto interesante es que ningún restaurante sabía que era parte del experimento: no pidieron permiso a ninguno, simplemente los subieron a la web.
¿Y entonces cómo crecieron? Pues postularon a Y Combinator, la aceleradora más importante del planeta. Allí los impulsaron a hacer algo escalable, levantaron inversión y terminaron creando una versión tecnológica del producto. También cambiaron su nombre a Doordash, un nombre autoexplicativo y con palabras recordables de dos sílabas cada una.
Hoy venden casi USD 5 mil millones en Estados Unidos y están en seis países. Pero sus orígenes fueron humildes y eso fue clave.
Seguramente estarás pensando que, claro, cómo no lo iban a lograr si estudiaban en Stanford y estaban creando un negocio en Silicon Valley… Pues este tipo de historias también ocurre en América Latina, pero luego te lo contaré.
Lo que rescato de esta historia
Algo muy cierto en el mundo de las startups es que nadie sabe lo que va a funcionar. Y no importa si quieres ser gigante: el piloto debe ser simple, barato y análogo.
En moviendonegocios.com te comparto más contenidos de valor para emprendedores como Cómo comenzar un emprendimiento innovador con poco dinero.