Elegir quién nos puede acompañar en nuestro camino definitivamente no es una tarea fácil. Pero es mejor tomarse el trabajo de buscarlo que no hacerlo, porque la presencia del mentor adecuado te puede ahorrar millones de dólares y cientos de horas de esfuerzo.
Un mentor nos permite alejarnos del árbol y enfocarnos en el bosque, y vaya que mucho de lo que se trata una startup es de estar enfocado. Y qué fácil es perder el camino. Pero lo que no es tan fácil es entender qué es lo que buscamos en un mentor. Acá te comparto algunas recomendaciones:
Te tiene que caer bien (sentirse cómodo es clave)
Aunque parezca una tontería, un mentor es alguien a quien le contarás cosas muy personales, por lo que tienes que sentirte cómodo con esa persona.
Por ejemplo, si en una primera sesión no sientes respeto, te da mala espina o sientes que te está tratando de cortar rápido, ese no es tu mentor adecuado. Y es que no puedes estar pensando, en caso de una crisis, si lo quieres llamar o no.
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Pero no necesariamente tienen que ser amigos
Aunque este punto es discutible, yo tiendo a preferir separar lo personal de lo profesional. Pueden tener estima o aprecio el uno por el otro, pero al involucrar sentimientos de amistad se puede perder la objetividad.
Desde mi experiencia personal, las mentorías que he tenido funcionan mejor en el ámbito de la cordialidad que en el de la amistad.
¿Tiene que haber sido emprendedor o no?
Es la eterna cuestión. Pero sin duda hay una ventaja en que haya sido emprendedor, pues entiende mejor lo que vives que, por ejemplo, un ejecutivo de alto rango.
Sin embargo, recuerda que un buen futbolista no es necesariamente un buen director técnico. Así que asegúrate que haya tenido que tomar decisiones estratégicas y que entienda la metodología para hacerlo.
¿Tiene que tener experiencia en mi nicho?
Esto puede ser un arma de doble filo: alguien con mucha experiencia en tu nicho de mercado te puede generar insights interesantes, pero también puede ser muy rígido sobre las cosas que funcionan y las que no.
Piensa que a veces a este tipo de perfil puede que no lo necesites como un mentor sino como un consultor para un tema específico.
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La experiencia pesa
A las personas de mucha edad se les suele considerar poco flexibles o fuera de la tendencia. Pero para ti es más fácil estudiar la tendencia que simular la experiencia.
Un mentor de mucha edad puede ser un tremendo aporte de visión, sobre todo si eres impulsivo.
No te tiene que decir qué hacer
Cuando haces innovación no sabes lo que va a funcionar. Cualquiera que crea que puede resolver un problema complejo y decirte la respuesta, puede estar cometiendo un error garrafal.
Y es que el rol más relevante del mentor adecuado es hacer las preguntas adecuadas para cuestionarte. Asegúrate que sea bueno en eso.
Por último, mi recomendación definitiva es que hay que tener un mentor. Y ojalá lo encuentres lo antes posible en tu viaje de emprender.
Y recuerda: nadie que haya sido mentor o sepa hacerlo profesionalmente se debería ofender porque le digas que no hubo match. Si no te da la sensación adecuada, simplemente sigue buscando.
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