Puede que cometer errores sea algo casi que natural al crear un emprendimiento o una startup -al fin y al cabo estás aprendiendo a hacer algo-, pero no por eso debes dejar de entender y aprender de los errores que otros han cometido, precisamente para que tú no los cometas.
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Desde ese contexto, Mateo Marulanda, jefe de expansión de Pluria -startup que facilita a equipos remotos el acceso a espacios de trabajo flexibles-, dice sin titubeos: “He cometido muchos errores a la hora de crecer una startup”. Marulanda compartió algunos de los errores que cometió y que algunos amigos emprendedores le contaron que cometieron, y aquí te los resumo:
Moverse demasiado lento
Los fundadores inexpertos muchas veces deben lidiar con la toma de decisiones. Y muchas veces pueden pasar meses en cosas que pueden no importar.
Así que si una decisión se puede cambiar fácilmente más adelante, lo que hay que hacer es tomarla rápidamente y luego ajustarla si es necesario. “Cada día que pasa es un momento clave para estar ejecutando y escuchando a tus clientes”, explica.
Dar ‘equity’ a las personas equivocadas
Para Marulanda, no hay duda que elegir al cofundador equivocado puede acabar con tu startup. Y dar acciones o participación a los inversionistas equivocados también. Planea bien tu cap table y cómo lo vas a estructurar.
Hay que tener mucho cuidado con a quién se le dan acciones (equity), pues este es un juego de largo plazo. “Una buena práctica es empezar con acciones de vesting y cliff en los colaboradores claves. Ahí podrás ver quienes realmente están en este barco y que se lo vayan ganando con cada acción”, agrega.
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No centrarse lo suficiente en los clientes
Ya lo deberías saber y si no, te lo recuerdo: al final del día, tus clientes son lo más importante y deben ser tu enfoque principal. Y Marulanda apela a algo que dice Y Combinator -la aceleradora más importante del mundo- sobre crear productos que la gente realmente ame y que si se acaba tu empresa tus clientes tendrán un hueco enorme.
En ese sentido, hay que hacer cosas que deleiten a los clientes, sin dejar de mantener la visión de tu producto o servicio.
No escuchar lo suficiente a los clientes
Muchos fundadores confían en sus instintos o en asesores externos para tomar decisiones y ejecutar. Pero lo cierto es que tus clientes te cuentan todo lo que necesitas saber.
“No te limites a adivinar lo que quieren tus clientes. Habla con ellos para que estés seguro. Retroalimentación constante con ellos y entender muy bien sus motivaciones, frustraciones y dolores”, aconseja Marulanda.
No centrarse lo suficiente en las ventas
Puede que tengas el mejor producto del mundo y eso hará que todo sea más fácil, pero no es suficiente. Debes y necesitas vender también. Debes aprender a vender.
“Casi siempre, en los primeros momentos de las startups los fundadores deben dedicarse 100% a vender y entender bien el dolor del cliente. Así podrás modificar el pricing y ver qué modelo agrega más valor”, explica.
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No priorizar la cultura
Los fundadores a menudo asumen que todas las personas están tan comprometidas como ellos. Pero la verdad es que la mayoría de los equipos necesitan una cultura sólida y positiva para prosperar.
Así que necesitas que la cultura de tu empresa sea una prioridad desde el principio, que esté basada en esos valores que definen a los fundadores y seguir muy de cerca el cómo divulgarla e implementarla.
Descuidar la vida personal
Desarrollar un negocio exitoso no debe ser un sinónimo de descuidar tu entorno familiar o tu salud física y mental. Además, hacerlo es algo de lo cuál tu empresa no se va a beneficiar pero sí te va a perjudicar a ti.
Es necesario programar deliberadamente actividades de la vida personal y darle el espacio necesario a cada actividad, además de buscar el equilibrio entre mente y cuerpo.
No disfrutar el proceso
Si no disfrutas el proceso de crear un negocio y hacerlo crecer, tarde o temprano te vas a frustrar. “A los fundadores les gusta pensar que una vez que alcanzan un hito, serán felices. La verdad es que la felicidad es una emoción, no un destino, y puedes sentirla en cualquier momento. Tendrás momentos duros, felices, de mucha presión y frustración”, concluye Mateo Marulanda.
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