Hoy es muy fácil llevar el trabajo consigo a cualquier lugar. Las herramientas digitales nos han permitido abrazar el trabajo remoto y convertir nuestro hogar, un restaurante o hasta una playa en una oficina, pero lo cierto es que contar con un espacio de trabajo adecuado es fundamental para lograr mejores resultados y cuidar nuestra salud mental.
Y es que la organización y la eficiencia están directamente relacionadas. Esta es una máxima que aplica también para nuestro lugar de trabajo, pues tener solo los dispositivos necesarios, las herramientas a la mano o disminuir las distracciones, entre otros, termina redundando en cuidar uno de nuestros recursos más valiosos a la hora de trabajar: el tiempo.
Pero también permite que tengamos un mejor estado de ánimo y que podamos reducir el estrés que nos genera el día a día. Por eso, si tienes la posibilidad de personalizar el lugar desde donde realizas tus labores, te comparto cinco acciones que van a mejorar tu espacio de trabajo.
Analiza tu espacio
La elección de tu lugar de trabajo no debe ser fortuita, tienes que escoger la opción que tenga las mejores condiciones para desarrollar tus tareas. Así, lo ideal es buscar el equilibrio entre tener las herramientas que necesitas a la mano, por ejemplo, una impresora, una cámara, una pantalla, un kit de iluminación, etc., y las condiciones naturales.
En este sentido, es preferible que tengas un espacio que cuente con luz natural, lo que te recarga de energía; que tenga una temperatura adecuada, con una buena ventilación, para trabajar con comodidad, y, sobre todo, garantizar que esté libre de ruido, para ayudarle a la concentración. Tampoco olvides analizar los posibles distractores, para poder reducir al máximo la procrastinación.
La salud es esencial
Luego de definir esos elementos del entorno de tu espacio, debes elegir los elementos necesarios para desarrollar tus labores y aquí lo más importante es cuidar tu salud. Debes empezar por elegir un escritorio que tenga espacio suficiente para tus muslos y rodillas debajo de él, y una silla con soporte y reposabrazos, que te permita una mejor postura.
El monitor del computador debe ubicarse justo al nivel de tus ojos y una distancia de más o menos un brazo para cuidar tus ojos. Igualmente, el mouse y el teclado deben estar a la mano, intentando mantener las muñecas rectas.
En muchas ocasiones nos preocupamos solo por cumplir nuestras labores ignorando la importancia de un espacio de trabajo adecuado, y tarde o temprano eso le puede pasar factura a nuestro bienestar físico.
Elige solo lo necesario
Cuando tengas los elementos esenciales definidos y acomodados, empieza a ubicar aquellas cosas que necesitas para el desarrollo de tus tareas. Para esto, reduce al máximo el número de objetos en tu escritorio que no necesites, especialmente dispositivos electrónicos (que luego comienzan a convertirse en una distracción) y archivos o carpetas, que sin darnos cuenta acumulamos sin parar.
Desde el primer momento organiza tus documentos: deshazte de todos aquellos que ya no usas para que no ocupen espacio, ubica los más importantes para la tarea que estás llevando a cabo en el momento y archiva los demás, de manera que puedas mantener tu escritorio despejado.
Personaliza tu espacio
Finalmente, personaliza tu escritorio. No hay nada mejor que tener objetos en tu espacio que te hagan sentir bien, como una planta, la foto de tu familia o algún tipo de decoración que te haga sentir identificado pero cómodo.
Usar los colores que más te gusten o aquellos que te hagan sentir tranquilo también es fundamental para lograr un espacio acogedor en el que puedas sacar a flote todas tus capacidades.
En moviendonegocios.com también te comparto recursos para trabajar mejor como Playlists imperdibles para aumentar la productividad o ¿Cómo tener reuniones más efectivas?