Cuando uno quiere lograr algo en la vida, tiene que dedicarle el tiempo necesario. Solo con buenas intenciones e ideas no se harán las cosas. Por eso, una de las cualidades más apreciadas en los emprendedores está en la capacidad de ejecutar, es decir, de hacer que las cosas sucedan.
Pero emprender no es una actividad para cualquier persona. Emprender es difícil porque requiere mucha intención, dedicación y perseverancia.
Si es real que tienes una idea que podría cambiar el mundo, una idea que le va a crear valor a muchas personas o una solución que va a mejorar la vida de algunas, entonces te tocará sacar el tiempo para volverla realidad. No hay otra opción.
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Ahora bien, si quieres emprender pero lo que haces no te lo permite o no puedes renunciar a tu trabajo por razones económicas, ese tiempo lo puedes encontrar en las noches o en los fines de semana, al menos mientras vas probando la idea.
También puedes renunciar a tu trabajo y comenzar a darle forma a la idea mientras trabajas medio tiempo o te buscas algo en lo que puedas trabajar como contratista o consultor. Claro está que si tienes los medios para subsistir sin trabajar, pues adelante.
Desde mi experiencia como emprendedora serial te puedo decir que muchas veces hay que hacer sacrificios. De hecho, he perdido amigos, familia y parejas por el nivel de pasión que le doy a mi trabajo, y por eso me emociona cuando esos sacrificios los veo reflejados en hitos y reconocimientos.
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No te estoy diciendo que reemplaces cosas de tu vida por emprender. Tu vocación es tuya y de nadie más, tú decides qué tan lejos estás dispuesto a ir por tus sueños. Pero ten en cuenta que si tienes un sueño por emprender, debes dedicarle el tiempo necesario para que se cumpla.
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