Cuando comenzamos una startup, pensar en un objetivo de largo plazo no parece una prioridad. Sin embargo, trazarnos un norte claro y ambicioso puede ser fundamental para alinear a nuestro equipo hacia una meta común y servir de inspiración para llevar al emprendimiento al máximo potencial.
De acuerdo con la experiencia de 500 Startups -uno de los fondos y aceleradora más activos del mundo- en América Latina, el BHAG (Big Hairy Audacious Goal) es un framework ideal para trabajar en este sentido, pues tiene las características justas para construir en torno a él. Por eso, hoy les traigo algunas recomendaciones para empezar a trabajar en este tema.
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¿En qué consiste el concepto de BHAG?
Cuando hablamos de BHAG nos referimos a una gran meta ambiciosa, audaz y peluda (por sus siglas en inglés). Fue acuñado por primera vez en 1994 por Jim Collins y Jerry Porras en su libro Build to Last.
Básicamente, consiste en una meta con un horizonte de 10 a 25 años; que sea casi imposible de conseguir; que siga los valores y la visión de tu emprendimiento, y que sea clara para que se pueda medir en el tiempo.
En otras palabras, es una declaración, una herramienta emocional que impulsa a construir un objetivo común. Por ejemplo, el de Microsoft es «Una computadora en cada oficina y en cada hogar» y el de UBER es “Brindar un transporte tan confiable como el agua corriente, en todas partes para todos”.
Hay cuatro tipos de BHAG: orientado a objetivos (algo que se busca lograr en un periodo determinado); competitivo (una meta basada en la competencia); inspiracional (utiliza una compañía exitosa como inspiración) o para una transformación interna.
¿Para qué sirve el BHAG?
Hacer el ejercicio de redactar un BHAG tiene múltiples beneficios:
Pensar en una meta más ambiciosa que la que habían pensado originalmente, lo que te hace salir de tu zona de confort.
Alinear a todo el equipo hacia un objetivo común.
Tomar decisiones estratégicas pensando en el cumplimiento de esta meta, ya sean del día a día o de largo plazo.
La experiencia de 500 Startups muestra que esto beneficia incluso a emprendimientos que están en una etapa muy temprana, pues los ayuda a pensar en grande. Por ejemplo, si habías pensado la visión de la empresa en relación con tu país, al exigirte un reto ambicioso la extenderás a la región o al mundo, dando una nueva guía a tu negocio.
¿Cómo definir tu BHAG?
Las características fundamentales de tu BHAG es que sea a largo plazo, mínimo a 10 años; que sea muy ambiciosa, lo que quiere decir que debe ser más grande que lo que estás seguro vas a conseguir; debe ser ejecutable y medible, para saber cuándo la lograste; debe entenderse sin explicación y en poco tiempo, y debes estar seguro de que emocione e inspire a tu equipo.
No es una camisa de fuerza, es decir, si la consigues más rápido de lo que pensabas, puedes ajustarla en el camino o plantearte otra distinta. Pero sentarse a hacer el ejercicio exigirá que escudriñes en los valores más importantes de tu negocio, en su razón de ser, y lo expongas en pocas palabras.
Para hacerlo, debes seguir tres pasos. Primero, conceptualiza tu meta: determina cuál es el sueño que quieres conseguir con esta compañía y plantéalo como una meta; segundo, comprueba que responda preguntas como ¿Te emociona? ¿Cualquier persona podría entenderla? ¿Está alineada con los valores y visión de la empresa? ¿Qué tan seguro estás de poder conseguirla?, entre otras.
El tercer punto es comprometerse y ejecutar. Esta gran meta debe empezar a verse reflejada en las tareas diarias de la empresa, en las decisiones tanto grandes como pequeñas, y también debe empezar a tener seguimiento, así sea mensual.
Como lo dijo Walt Disney, “siempre parece imposible hasta que se hace”, así que comienza a trabajar en un sueño grande que lleve a tu empresa a otro nivel.
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