Algunos de los factores que facilitan la retención de talento en la actualidad indudablemente están relacionados con la satisfacción de la labor, el clima y cultura laborales, los honorarios e, incluso, los beneficios y las flexibilidades que permiten mejorar el balance entre el trabajo y la vida personal. Sin embargo, hay un factor que también resulta esencial y por el que muchas personas pueden abandonar una empresa: el liderazgo.
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“Cambiaría de jefe”
Y es que en el State of the Global Workplace: 2023 Report de Gallup les preguntaron a los empleados: ¿Qué cambiaría de su lugar de trabajo para mejorarlo? Algunos querían mejores salarios, por supuesto; otros querían descansos más largos, pero las respuestas más comunes se referían a su jefe directo o líder con expresiones como “Cambiaría de jefe”, “Me gustaría que los gerentes fueran más accesibles”, “Me gustaría que haya un buen ambiente de trabajo donde todos nos tratemos con igualdad y respeto”, “El jefe debe tratar a todos de manera justa” y «Sería bueno poder expresar sus opiniones sin temor a las repercusiones en el trabajo».
El Reporte de Gallup concluyó que, en general, a la mayoría de las personas les gusta el trabajo que hacen, pero les gustaría cambiar la forma en que los trata su jefe o líder.
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Renunciar silenciosamente
Ahora bien, Gallup también encontró que la mayoría de los empleados del mundo están renunciando silenciosamente. Se trata de lo que sucede cuando alguien se desconecta psicológicamente del trabajo. Así que puede estar físicamente presente o conectado a su computadora, pero no sabe qué hacer o por qué es importante. Y tampoco tienen vínculos de apoyo con sus compañeros de trabajo, jefe, líder o su organización.
Seis de cada 10 empleados entraron en esta categoría. Y el Reporte advierte que, cuando se combina con empleados activamente desconectados, el bajo compromiso le cuesta a la economía mundial USD 8,8 billones, en otras palabras, el 9% del PIB mundial.
Esta situación tiene mucho que ver con un liderazgo que no es efectivo, que no procura orientar, facilitar y darle la importancia a la labor de un empleado, que no apoya y que, incluso, tampoco reconoce el esfuerzo.
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Empleados comprometidos
Este contexto destaca la importancia de contar con líderes efectivos y capaces de crear un ambiente de trabajo positivo y motivador. Porque un liderazgo sólido no solo implica habilidades técnicas, sino también habilidades emocionales y de comunicación, que permitan establecer relaciones de confianza y brindar apoyo a los miembros del equipo.
En definitiva, al invertir en el desarrollo de habilidades de liderazgo y promover una cultura organizacional basada en el respeto y el crecimiento personal, las empresas pueden aumentar significativamente la retención de talento y mantener a empleados comprometidos y satisfechos en sus roles.
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