Una de las cosas que más me preguntan a diario cuando asesoro a alguien (y algo que yo he preguntado también) es dónde encontrar la inspiración. Ya sea que se trate de emprender, lanzar alguna nueva línea de negocio o crear en el trabajo, la inspiración no es algo que se encuentra a la vuelta de la esquina.
Desde mi experiencia, la inspiración llega cuando estás siendo y haciendo tú, es decir, no se trata de algo que buscas, que escarbas, ni tampoco algo que llega porque sí, sino algo que se impregna cuando estás desarrollando plenamente el propósito de tu vida y conectado con el presente de tu experiencia. A propósito, me gustaría que conocieras estas seis cosas fundamentales que he aprendido como emprendedora.
La verdadera inspiración, y que te lleva lejos, es la que llega sola a ti por medio de una suma de cosas. Y eso es precisamente lo que hoy te quiero compartir. Es algo que surge de mi experiencia y de lo que he venido aprendiendo en el camino, y sé que te va a servir:
- En lugar de buscar la inspiración, deja que te encuentre.
- En lugar de copiar, deja tu trabajo fluir para que te permita crear a partir de los aprendizajes. Hay un tesoro oculto en ellos.
- En lugar de mirar afuera, revisa tu propia historia, tu propia experiencia, tus retos, obstáculos y logros. Conéctate con lo que tú haces.
- Inspiración es atrapar una idea de tu mente.
- Para atrapar una idea de tu mente, debe haber una construcción diaria, influenciada por todo lo que te rodea.
- Decir «qué buena idea, voy a hacerla» es muy distinto a unir ideas, experiencias, aprendizajes y crear algo nuevo que antes no existía. Estás inspirado cuando haces esto último, además es la receta para innovar.
- Trabaja. Enfócate en hacer porque haciendo, deshaciendo y volviendo a hacer, desde lo que absorbes del entorno, la cultura, las vivencias, es que decantamos lo mejor para poder crear.
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Entonces, es así como un día nos encontramos atrapando una idea de nuestra propia mente. La inspiración es una respuesta motivadora a la creatividad que está dentro de cada uno. Por eso, la inspiración no se busca, se vive, se decanta, se desglosa y se le agrega el propio talento, ese que todos tenemos.
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