En este momento hay una búsqueda constante de parte de las startups por ser unicornios, el sueño de ser una empresa con una valuación de mil millones de dólares se está apoderando del mundo del emprendimiento; sin embargo, la forma de hacer negocios se puede definir teniendo en cuenta factores que van más allá del hipercrecimiento.
La diferencia entre ser un unicornio y una cebra
El término unicornio nació en el 2013 para referirse a esos casos de compañías que habían logrado pasar la barrera de los mil millones de dólares. En ese tiempo esto era una rareza, hoy es el sueño de muchos emprendedores que buscan crecer por crecer.
Esto nos lleva a hablar del capitalismo, el cual está enfocado en la sobreproducción pensando que los recursos son ilimitados cuando los recursos en el mundo no lo son, hay una desconexión con los ciclos naturales de los humanos, de la naturaleza, que deben de volver al centro porque ya no es sostenible lo que hoy estamos viendo. Mi propuesta de negocio es volver al centro y preguntarte: ¿hasta dónde quieres crecer y para qué? ¿a costa de qué? y lo más importante; ¿qué valor estás generando?
Desde mi punto de vista, el capitalismo está incompleto, ha fallado en 3 principales cosas:
Pone el interés propio por encima del propósito
Ha dado un valor exorbitante al dinero
Ha olvidado a la mujer
Pero no todo está perdido; Y siempre podemos darle la vuelta a un sistema que quizás requiera una refrescada para que sea relevante a lo que hoy vivimos y buscamos como sociedad.
Según mi experiencia, puedo decir que la clave está en integrar los valores que representan la feminidad, la inclusión, los valores de la empatía e integralidad; Si lográramos que los negocios se rigieran por valores masculinos y femeninos en misma proporción, la ecuación sería más acertada y todos, hombres y mujeres ganaríamos como sociedad. Estos diez años con Victoria147, me ha mostrado que integrar a las mujeres y los valores femeninos en el ecosistema, pone sobre la mesa una nueva forma de hacer negocios.
He estado dando diferentes charlas y conferencias sobre emprendimiento en las que soy muy honesta y sincera, hablo de las metas de emprender, de las redadas
que he hecho, de los errores; claramente eso está atado a crecimiento económico, en toda la parte racional, pero sería incompleto si olvidas por lo cuál empezaste, cuál fue tu inspiración, tu motivación o tu búsqueda de propósito; Tu valor.
El toque distinto en la forma como se hacen los negocios está en no olvidar que estás aquí no solo para hacer dinero, si no para generar valor. Es por eso que yo creo mucho más en las cebras, por encima de los unicornios.
Las cebras son estas empresas que se distinguen por buscar un propósito, basan su sentido en un beneficio no solo para los accionistas sino para todo lo que las rodea, son negocios que fomentan la colaboración, el crecimiento sostenible, no obsesivo, sin quitar de la vista el ser rentables.
Las cebras al multiplicarse generan cambio, los unicornios conservan sus situación de monopolio. También proporcionan valor con el tiempo y sobre todo están proponiendo un ecosistema de negocios mucho más humano, mucho más flexible
Cuando me di cuenta que hemos excluido los valores que representan la feminidad, la inclusión, la empatía e integralidad, descubrí que a través de las mujeres de Victoria147 se pone sobre la mesa esa nueva forma de hacer negocios, una más disfrutable para todos, con conciencia y sobretodo una sostenible en el tiempo.
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