Los equipos dedicados al desarrollo de producto en las empresas y, especialmente en las startups, enfrentan a diario una serie de retos y desafíos que pueden variar según el contexto y la industria: desde la falta de enfoque y la comunicación deficiente, pasando por las necesidades del usuario y la resistencia al cambio, hasta la presión del tiempo y la escalabilidad.
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Pero existe un factor que puede impactar todos esos desafíos, para bien o para mal, y es la forma en que los equipos de producto trabajan.
Para Rómulo Cantor, jefe de producto digital en el Banco de Bogotá, uno de los aprendizajes más importantes que tuvo al principio de su carrera sobre cómo operan los equipos de producto exitosos es que “los productos se diseñan y construyen de manera colaborativa por todo el equipo, no de forma secuencial”.
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Cantor explica que el equipo ha evolucionado más allá del antiguo modelo donde un product manager o gerente de producto establecía los requerimientos, un diseñador creaba una solución para cumplir con esos requerimientos y luego los desarrolladores implementaban esos requerimientos.
En este modelo obsoleto, cada persona operaba bajo las limitaciones y decisiones de quienes les precedieron, lo que sin duda no solo podía afectar la productividad y los resultados finales, sino también el potencial de innovación en el desarrollo de productos.
Es por eso que en equipos de producto fuertes y exitosos, el gerente de producto, el diseñador de producto y el equipo de desarrolladores trabajan mano a mano, en un vaivén constante, para encontrar soluciones a los problemas y necesidades de los clientes, y que al mismo tiempo hagan sentido para el negocio.
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