El emprendimiento social es una modalidad de negocio que busca generar valor económico al desarrollar soluciones a problemáticas de corte social, cultural y medioambiental. Se trata de una alternativa de emprendimiento que ha venido tomando mucha fuerza en los últimos años como medio para mejorar las condiciones de vida de diferentes grupos de la sociedad.
América Latina es una región propicia para el emprendimiento social si tenemos en cuenta los problemas críticos relacionados, por ejemplo, con la pobreza y el cambio climático. Por un lado, a finales de 2020 la tasa de pobreza llegó a 33.7%, es decir, 209 millones de personas, 22 millones más que en 2019, según datos de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL). Y por otro lado, un reporte de las Naciones Unidas encontró que los eventos relacionados con el clima y su impacto cobraron más de 312.000 vidas en la región y afectaron a más de 277 millones de latinoamericanos entre 1998 y 2020.
Ahora bien, gracias al impulso de Internet y las redes sociales, los consumidores de hoy son más conscientes de las necesidades de la sociedad y el planeta, y muchos de ellos están más dispuestos a adquirir productos de emprendedores que atienden este tipo de problemáticas.
Veamos los aspectos principales que definen y caracterizan este tipo de emprendimientos y las opciones para financiarlos:
Aspectos clave del emprendimiento social
Un emprendimiento social debe contar al menos con tres aspectos para que sea considerado como tal:
- Una empresa con un modelo de negocio cuyo objetivo es social y medioambiental.
- La responsabilidad social hace parte integral de su misión.
- Tiene un marcado compromiso con el medio ambiente.
Características del emprendimiento social
Al crear una empresa con enfoque social se debe tener en cuenta que:
- El bienestar social es su objetivo fundamental.
- Genera soluciones innovadoras a problemáticas relacionadas con la pobreza, la violencia, la exclusión social, la informalidad, la educación, el cambio climático, entre otras.
- Los ingresos y beneficios deben utilizarse en su mayoría en el propio objeto social.
- Genera puestos de trabajo y posibilidades de crecimiento profesional.
- Dependiendo de su oferta de valor, puede establecer un sitio físico o digital para vender sus productos o servicios.
La rentabilidad de un emprendimiento social
Esta es una de las cuestiones más relevantes, pero si no hablamos de hacer rentable un emprendimiento social, estaríamos simplemente hablando de organizaciones sin fines de lucro, y no es el caso.
Aunque tengas un objeto social, no debes ignorar que al fin y al cabo estás desarrollando una empresa y todo lo que eso conlleva. Desde el modelo de negocio y la investigación del mercado, pasando por el desarrollo de productos y/o servicios, hasta las estrategias de marketing y ventas.
Cómo conseguir financiamiento para tu empresa social
Al igual que la mayoría de emprendimientos digitales y tecnológicos, la primera fuente de financiación para el emprendimiento social está en los recursos propios, así como en los del círculo familiar y social.
Aunque esos recursos puedan servir como impulso para arrancar, deberás tener muy claro cuál es el valor que ofreces y encontrar qué tipo de entidades o alternativas de financiamiento son las más adecuadas para tu objeto social:
- Crowdfunding o financiamiento colectivo
- Inversionistas ángeles
- Aceleradoras
- Fondos de capital de riesgo (venture capital)
La oportunidad para los emprendedores que buscan apostar por el valor social está servida y, por eso, el emprendimiento social se puede convertir en un vehículo fundamental para encontrar soluciones a problemas que no han sido abordados por empresas tradicionales pero que siguen afectando a millones de personas.
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