En términos simples, las startups son experimentos en los que se desarrollan soluciones que se lanzan al mercado y se comprueba si funcionan o no. Pero el espíritu de cambio y adaptación del emprendedor lo puede llevar a no rendirse y seguir intentando encontrar la solución ideal a ese problema que quiere resolver. El verdadero problema es que puede quedarse indefinidamente en esa dinámica, por lo que se hace necesario darse cuenta si definitivamente la startup no va para más.
Quedarse sin flujo de caja y no lograr recaudar nuevo capital, no tener el producto adecuado para el mercado, la competencia y un modelo de negocio defectuoso son las principales causas por las que las startups fracasan. Aunque estos aspectos podrían corregirse, ¿hasta qué punto un emprendedor debe seguir apostando por su startup?
El fracaso es una posibilidad muy latente a la hora de crear una startup, por lo que se debe, primero que todo, estar dispuesto a reconocerlo. Aunque el fracaso, al igual que él éxito, es relativo desde la visión y el objetivo de cada emprendedor, existen ciertas señales inequívocas que indican que la compañía no está funcionando.
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Cuando no estás vendiendo
Es la señal más clara de que las cosas no van por buen camino y de que el fracaso está más cerca que el éxito. Puedes tener un área de ventas con los mejores profesionales o estrategias de marketing infalibles, pero nada de eso va a funcionar si tu producto o servicio no satisface a tus potenciales clientes. Y si esa falta de ventas ya es una constante, tu startup no va para más.
Cuando te estás quedando sin dinero
Si los ingresos de tu empresa no alcanzan a cubrir los gastos operacionales, pero la proyección de los clientes a futuro muestra signos de rentabilidad a largo plazo, estás a salvo. Pero si esos indicadores no muestran una mejoría y no tienes un inversionista potencial que apueste por tu negocio, estás fuera.
Cuando estás perdiendo clientes
Más importante que adquirir nuevos clientes es no perderlos por una razón en particular: el cliente potencial aún no conoce tu startup, el cliente que decide irse sí. Cuando alguien prefiere irse con la competencia es claro que hay un aspecto crítico de tu empresa que definitivamente no funciona. Y si los clientes se están yendo, pues no hay cómo crecer.
Cuando no logras atraer el talento necesario
Uno de los aspectos más relevantes para una startup está en quienes la hacen posible. No solo deben ser profesionales idóneos cuya labor haga sentido con la empresa, sino también que compartan la visión de la cabeza visible. Así que cuando no es posible atraer el talento, incluso retenerlo, y existe una alta rotación, hay una señal clara y una realidad de que la startup puede irse en picada hacia el fracaso.
Luego de reconocer el fracaso y llegar a decir que “mi startup no va para más”, lo más importante radica en aprender qué fue lo que falló y por qué, y evitar esos errores en la próxima aventura emprendedora.
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